El proyecto exigía diseñar una capilla con acceso desde el hall principal del edificio, que fuese un espacio acogedor y luminoso. Se propone integrar, a través del material, este espacio con el propio hall, plegando los panelados blancos en la zona del altar, para dar más importancia a este plano e integrar el símbolo de la cruz. Se diseña también un pequeño módulo para el orador, que repite la idea de distintos planos en blanco y madera.